Si os fijais, desde que os levantais hasta que os acostais estáis constantemente decididiendo qué hacer, si hacer lo que debeis hacer o lo que quereis.
En mi caso: ir a clase o no ir, estudiar o no, hacer ejercicio o no hacerlo, comer lo que quiera o controlarme, ir al pueblo a ver a mi abuela o no ir...
Y claro, siempre acabo escogiendo lo que debo hacer, porque si no, ataca mi pepito grillo interior.
La mayoria de cosas que hacemos son obligaciones.
Esto me recuerda a un dicho que decía algo así como:
La mayor parte del tiempo cumplimos obligaciones y el resto, hacemos lo que queremos hacer.
Puede ser que esté un poco amargada porque he decidido que mañana voy a empezar a ir a la biblioteca otra vez para empezar a subrayar, hacer prácticas, e ir estudiando poco a poco...
Pero también tengo una buena noticia: ayer me pesé y he adelgazado dos kilos!!! mijiji ^^
Al final va a resultar que lo de correr y comer mejor funciona! no es un mito urbano! jaja
Pues un beso y sed felices ^^
Hola barbara! la verdad es que tienes razon, la mayor parte de las veces hacemos lo que debemos y no lo que queremos, pero lo importante es saber buscar un equilibrio entre las dos cosas.
ResponderEliminarUn beso enorme y enhorabuena por los dos kilos!! jajjajaja con esos resultados tendrias que animarte y apuntarte!!Un beso
Te entiendo perfectamente, el derecho administrativo es de lo más aburrido que hay y da para pensar en muchas cosas...
ResponderEliminarAl final la mayoría siempre elegimos lo que debemos hacer porque nos complica menos la vida...
Un beso